martes, 9 de octubre de 2012

Acciones urgentes contra la sequía

La campaña de riegos de 2013 está en grave riesgo. Hay escasas probabilidades de que llueva lo necesario. Urge que se active cuanto antes un plan preventivo que salvaguarde el futuro del campo.
Los pantanos bajoragoneses registran mínimos históricos, especialmente en Santolea y Calanda. Los regantes del Guadalope llevan un año tomando medidas de contención previendo que la sequía podía endurecerse, pero su esfuerzo no servirá para paliar la grave falta de lluvias de este año. Si la pluviometría no supera los índices habituales de aquí al inicio de la campaña de riegos en marzo la situación será gravísima. La economía del territorio depende de los riegos de nuestros campos. Por ello urge que la Confederación Hidrógráfica del Ebro, los gobiernos locales y regionales escuchen la voz de los regantes para tomar medidas preventivas lo antes posible. Asimismo, cabe exigir al Gobierno Central que incluya en los Presupuestos Generales las partidas económicas necesarias para concluir las obras del recrecimiento de Santolea, un proyecto imprescindible para normalizar el agua de una cuenca muy irregular. Resulta irritante que lleve ya más de cinco años en marcha (las obras empezaron en el verano de 2007).  Es lamentable que esta obra se haya ralentizado por el modificado del proyecto, igual que sucede con los trabajos en la N-232 entre Ráfales y el límite de provincia. El Gobierno no ha de ceder a las presiones de las empresas, y en caso de que haya errores habrían de exigir responsabilidades a quienes adjudicaron las obras. Dilatar los plazos con este tipo de cuestiones suena a excusa poco creíble para no ejecutar unos trabajos comprometidos.  Lo mismo sucede con las balsas de regulación de la cuenca del Matarraña, eterna reclamación incluida en el Pacto del Agua para un territorio donde los problemas de abastecimiento son habituales, obligando a recurrir a bombeos y traslado de agua en cubas cada verano.
Asimismo, debe establecerse un reparto equitativo del agua en el territorio así como un control estricto del consumo. Los profesionales del sector agrícola denuncian que en muchos casos se paga por hectárea y no por litro empleado. Urge que se apoye a las comunidades de regantes para trazar un plan de consumo de agua más equilibrado y restrictivo con un calendario serio que permita evitar el mal uso de los recursos hídricos.

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